En 1990, dos psicólogos
norteamericanos, el Dr. Peter Salovey y el Dr. John Mayer, acuñaron el término
cuya fama futura era difícil de imaginar. Ese término era "INTELIGENCIA
EMOCIONAL"entendida como "un tipo de inteligencia social que incluye la
habilidad de supervisar y entender las emociones propias y las de los demás,
discriminar entre ellas, y usar la información para guiar el pensamiento y las
acciones de uno" (Mayer y Salovey, 1993: 433). Según ellos este concepto
es la fusión de los conceptos de inteligencia Intrapersonal e interpersonal que
proponía Gardner, dándole además un enfoque algo menos cognitivo. Se lo empleó
para describir las cualidades emocionales que parecen tener importancia para el
éxito.
Estas pueden incluir: • La
empatía, • La expresión y comprensión de
los sentimientos, • El control de
nuestro genio, • La independencia, • La
capacidad de adaptación,
• La simpatía, • La
capacidad de resolver los problemas en forma interpersonal,
• La persistencia, • La cordialidad, • La amabilidad, • El
respeto.
Rafael Bisquerra (2000)
menciona: “Según la versión original de Salovey y Mayer (1990), la inteligencia
emocional consiste en la habilidad para manejar los sentimientos y emociones,
discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos para dirigir los propios
pensamientos y acciones. Según Mayer y Salovey (1997: 10), “la inteligencia
emocional incluye la habilidad para percibir con precisión, valorar y expresar
emoción; la habilidad de acceder y/o generar sentimientos cuando facilitan
pensamientos; la habilidad de comprender la emoción y el conocimiento emocional;
y la habilidad para regular las emociones para promover crecimiento emocional e
intelectual”.
La inteligencia emocional se refiere a un “pensador con un
corazón” que percibe, comprende y maneja relaciones sociales. En aportaciones posteriores, Mayer, Salovey y
Caruso (2000) conciben la inteligencia emocional como un modelo de cuatro ramas
interrelacionadas: 1) Percepción emocional: las emociones son percibidas y
expresadas. 2) Integración emocional: Las emociones sentidas entran en el
sistema cognitivo como señales que influencian la cognición (integración
emoción cognición).
3) Comprensión emocional: Señales emocionales en relaciones
interpersonales son comprendidas, lo cual tiene implicaciones para la misma
relación; se consideran las implicaciones de las emociones, desde el
sentimiento a su significado; esto significa comprender y razonar sobre las
emociones. 4) Regulación emocional: Los pensamientos promueven el crecimiento
emocional, intelectual y personal.
Pocas personas de los ambientes culturales,
académicos o empresariales ignoran el término “Inteligencia Emocional” o su
significado. Y esto se debe, fundamentalmente, al trabajo de Daniel Goleman,
investigador y periodista del New York Times, quien llevó el tema al centro de
la atención en todo el mundo, a través de su obra ‘La Inteligencia Emocional’
(1995). Para Goleman es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar
estados emocionales en uno mismo y en los demás, él afirma “la inteligencia
emocional es el talento básico para vivir feliz y triunfar”.
El punto de vista de Goleman
(1995) probablemente sea el que se haya difundido más. Recogiendo las
aportaciones de Salovey y Mayer (1990), considera que la inteligencia emocional
es: 1) Conocer las propias emociones: El principio de Sócrates «conócete a ti
mismo» nos habla de esta pieza clave de la inteligencia emocional: tener
conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el momento en
que ocurre. Una incapacidad en este sentido nos deja a merced de las emociones
incontroladas. 2) Manejar las emociones: La habilidad para manejar los propios
sentimientos a fin de que se expresen de forma apropiada se fundamenta en la
toma de conciencia de las propias emociones. La habilidad para suavizar
expresiones de ira, furia o irritabilidad es fundamental en las relaciones
interpersonales. 3) Motivarse a sí mismo: Una emoción tiende a impulsar una
acción.
Por eso las emociones y la motivación están íntimamente
interrelacionados. Encaminar las emociones, y la motivación consecuente, hacia
el logro de objetivos es esencial para prestar atención, automotivarse,
manejarse y realizar actividades creativas. El autocontrol emocional conlleva a
demorar gratificaciones y dominar la impulsividad, lo cual suele estar presente
en el logro de muchos objetivos. Las personas que poseen estas habilidades
tienden a ser más productivas y efectivas en las actividades que emprenden. 4)
Reconocer las emociones de los demás: El don de gentes fundamental es la
empatía, la cual se basa en el conocimiento de las propias emociones.